Esta protección abarca dos frentes escenciales, como la protección Anti-Boots
Consiste en sistemas diseñados para identificar y bloquear bots maliciosos que automatizan tareas con fines nocivos, como:
Las técnicas utilizadas incluyen detección de comportamiento, análisis de huellas digitales del navegador, pruebas tipo CAPTCHA y uso de listas negras de IPs sospechosas.
Un ataque DDoS busca saturar los recursos del servidor web mediante el envío masivo de solicitudes desde múltiples dispositivos (muchas veces parte de una botnet), haciendo que la página sea inaccesible para usuarios legítimos.
Estas defensas permiten mantener la disponibilidad del sitio incluso durante ataques de gran escala.