Permite proteger tu sitio web contra ataques comunes (como inyecciones SQL o XSS) activando el firewall de aplicaciones web y ajustando sus reglas según tus necesidades específicas.
Permite crear reglas para bloquear o permitir tráfico basado en criterios como la ubicación geográfica, direcciones IP específicas o el agente de usuario del navegador.
Defiende tu sitio de accesos automatizados y saturaciones masivas al detectar y bloquear tráfico sospechoso en tiempo real.
Proporciona cifrado HTTPS al sitio web mediante la implementación de un certificado SSL, garantizando una conexión segura entre el servidor y los usuarios.
Asegura que todo el tráfico se dirija de forma automática a la versión segura (HTTPS) del sitio, mejorando la seguridad y la confianza del usuario.
Mejora la velocidad del sitio al almacenar contenido en caché cercano al usuario, comprimir archivos y aplicar técnicas que reducen el tiempo de carga.
Permite establecer reglas específicas por URL para controlar comportamientos como la caché, redirecciones, seguridad o ajustes de rendimiento según el contenido del sitio.