Tu página web está en riesgo si no tiene:
Un WAF filtra y monitorea el tráfico HTTP hacia y desde una aplicación web, bloqueando ataques comunes como inyecciones SQL, XSS y exploits de configuración. Actúa como un escudo entre el sitio y los usuarios maliciosos. Para más información haga click aquí
Estas defensas detectan y bloquean bots maliciosos que pueden robar datos o explotar vulnerabilidades, y mitigan ataques DDoS, que buscan saturar el servidor para dejar la página fuera de servicio. Suelen incluir captchas, análisis de comportamiento y redes de mitigación distribuidas. Para más información haga click aquí
Un certificado SSL/TLS garantiza que los datos entre el navegador y el servidor viajen cifrados. Una buena configuración incluye usar protocolos modernos (como TLS 1.3), deshabilitar cifrados débiles y redirigir todo el tráfico a HTTPS. Para más información haga click aquí
Consisten en configuraciones y cabeceras HTTP como Content-Security-Policy, X-Frame-Options o Strict-Transport-Security, que refuerzan la seguridad del navegador frente a ataques como clickjacking, sniffing o ejecución de código no autorizado. Para más información haga click aquí